Sucede que te quiero



Sucede que te quiero, y porque te quiero, confío mi sonrisa en tus labios rojos y me dejo atrapar por el aliento tibio de tu besos blandos y jugosos.

Sucede que te quiero, y es por eso mismo que me dejo llevar por el sabor piel de tu cuerpo, por el olor a ti de tus senos miel, por el recuerdo añil de tus manos vivas.

Sucede que te quiero, y en el querer extraño de mis años viejos, me visto de niño dulce y juguetón, arrojándome marino en el querer extraño de tus viejos años.

Sucede que te quiero.

Inspiración Nerudiana para Suplicar


Sálvame compañera,
agonizo lentamente en este universo mutilado,
fruto de tantas penas eternas,
inmenso de castigos inmensos,
no quiero morir compañera,
sería morir si no existieras,
y me suicido cada día y vuelvo a nacer engañado,
sálvame compañera sálvame,
necesito de ti como del aire,
como un niño me cobijo en tu regazo,
regazo de madre ausente,
regazo de madre muerta,
el propio latigazo de la vida cae sobre mí,
ahorcando pequeñas flores que habías sembrado,
sálvame compañera sálvame,
si quieres que muera entonces muero,
moriría un millón de veces si lo quisieras,
y viviría sólo una si lo pidieras.

Ego


Soy agua,
luz,
rojo y fuego,
azul,
penumbra,
alma y sed,
soy cielo verde,
eterno verde,
ojeroso manantial turbio,
existencia,
vientre y vida,
soy sol,
soldado dado por un Dios mezquino,
las manos mohosas reverdesen esencias oscuras que curan mi llanto,
y canto,
soy zorzal,
cristilino y tempestuoso,
soy hijo,
padre,
madre
y muerte,
soy oído,
palma,
lengua
y voz,
soy lluvia y soy rojo fuego,
insestuoso,
atómico,
indivisible,
soy dura lucha y pasión,
soy bondad,
calma
y tristeza,
soy y seré yo.

Ya no te extraño


Ya no te extraño,
y de tanto no extrañarte,
el mar ha vuelto inmenso y el cielo azul ha llegado,
y puedo oír los pájaros anunciando la mañana.

La música que era mía,
y que de tanto escucharla me la habías robado,
me la encontré sin querer,
en el cajón ciego donde estuvo tu ropa.

Es cierto, ya no te extraño,
solo tengo recuerdos de tu diminuta risa,
esa que hicimos juntos a la orilla del mar,
soñando que éramos sonido y brisa,
agua y hombre, libertad y tiempo.

De verdad ya no te extraño,
pero te recuerdo,
así como un viejo recuerda su infancia.

Payaso Triste


El océano gris que crepita gota a gota,
alegra el alma de un payaso soñoliento
que se hace fiesta en su escondida pena,
reventando globos que de sus recuerdos cuelgan.

El agua que dibujó en su pálida infancia,
hermosas grietas en su cara blanca,
ahora le inspiran sonrisas tristes,
que nos esconde a nosotros sus crueles niños.

Desde un rincón de nuestra húmeda calle,
comparto en silencio contigo nuestra lluvia,
me dejo llevar por tu forzada sonrisa,
y me tiño de blanco la cara con tu tintura.

Oda a la Mujer que Vendrá


¿Dónde estás mujer?,
el oscuro silencio féretro de la noche,
dibuja tu rostro fantasmal,
transformando los mil rostros de las mil mujeres,
en una escultura única y atómica,
la luminosa luz sol,
del lejano paisaje en que me veo diminuto,
mirándome a los ojos,
va moldeando tus pómulos invisibles,
y tallando tus labios uvas y tu sonrisa miel,
lo cristal del arroyo que se desplaza como la vida vértigo,
y que observo pasar a su orilla arrodillado,
devoto silente y abúlico,
transforma el manantial frío en tus ojos cristalinos,
brillando como la luz desnuda del alma,
la suave caracola solar,
el indiferente viento,
el piadoso trigo,
el majestuoso mar,
le dan forma a tu profundo pelo,
poderoso alimento de mis sienes nocturnas.

Oh!, ahora imagino tus senos y tu vientre,
¿Dónde estás mujer?