Ya no te extraño


Ya no te extraño,
y de tanto no extrañarte,
el mar ha vuelto inmenso y el cielo azul ha llegado,
y puedo oír los pájaros anunciando la mañana.

La música que era mía,
y que de tanto escucharla me la habías robado,
me la encontré sin querer,
en el cajón ciego donde estuvo tu ropa.

Es cierto, ya no te extraño,
solo tengo recuerdos de tu diminuta risa,
esa que hicimos juntos a la orilla del mar,
soñando que éramos sonido y brisa,
agua y hombre, libertad y tiempo.

De verdad ya no te extraño,
pero te recuerdo,
así como un viejo recuerda su infancia.

Payaso Triste


El océano gris que crepita gota a gota,
alegra el alma de un payaso soñoliento
que se hace fiesta en su escondida pena,
reventando globos que de sus recuerdos cuelgan.

El agua que dibujó en su pálida infancia,
hermosas grietas en su cara blanca,
ahora le inspiran sonrisas tristes,
que nos esconde a nosotros sus crueles niños.

Desde un rincón de nuestra húmeda calle,
comparto en silencio contigo nuestra lluvia,
me dejo llevar por tu forzada sonrisa,
y me tiño de blanco la cara con tu tintura.